La importancia de emprender cargándole valor a la IDENTIDAD

PATRICIA MAYALa importancia de EMPRENDER cargándole valor a la IDENTIDAD

Crear es poner una parte de nosotros mismos a algo exterior, pero ¿quiénes somos nosotros mismos? Hay quienes dicen que somos cuerpo, experiencias, pensamientos, creencias, cultura, emociones, territorio, podríamos pensar que con todo esto creamos una identidad, un nosotros mismos único e irrepetible.

Ahora, ¿cómo hacer uso de nuestra identidad a favor de nuestro emprendimiento?

Cuando generamos contenidos para nuestros proyectos, lo hacemos a través de lo que hemos vivido, estudiado e investigado. Toda esta información se logra canaliza mediante la experiencia, y la reinterpretación que le damos a algo en un momento preciso.

Para Castells, la identidad, en términos sociológicos, es el proceso por el cual los actores sociales construyen el sentido de su acción atendiendo a un atributo cultural (o conjunto articulado de atributos culturales) al que se da prioridad sobre otras fuentes posibles de sentido de la acción.

A partir de esa construcción, vemos que nos vinculamos desde nuestra identidad, desde:

  • El auto reconocimiento de nosotros mismos, el cual nos permite conocer nuestros intereses, nuestro propósito.
  • El contexto y el territorio a partir del cual generamos y creamos contenido.

De esta manera, la identidad en los emprendimientos,  se ve reflejada en su propia naturaleza, podríamos decir que se convierte en su espíritu. Pero ¿cuando la podemos ver con claridad para apoyarnos o hacer uso de ella?. Uno de los momentos más claros y precisos para reconocerla y hacer uso de ella, es cuando comunicamos, cuando comenzamos a generar relaciones con el otro; aquí podemos comprobar si el receptor está comprendiendo la idea de lo que buscamos y de lo que queremos hacer con nuestro emprendimiento.  La forma estratégica de hacerlo, es a través de las campañas de comunicación y mercadeo, las que nos llevan a construir un panorama claro del mensaje que queremos compartir, al tiempo que nos permiten recurrir a la identidad y los valores del producto, servicio o proyecto como elementos únicos que logran una relación directa y personal con los clientes y el público, logrando el fortalecimiento de la comunidad.

Por su parte, cuando nos referimos a emprendimientos culturales, identificamos que una de sus grandes características, es la posibilidad de darle valor a lo intangible. Porque lo que se comunica de sus productos o servicios, no es solamente un objeto, es una experiencia, la cual requiere de un valor simbólico que la haga única.  Y ahí entra también la identidad.  En el Proyecto Industrias Culturales, entre otros, se realizó un análisis en el que se sostenía que la identidad es la ventaja competitiva que los emprendimientos de la región tienen frente a los demás productos del mercado e incluso los emprendimientos culturales de otros territorios.  Un ejemplo muy claro de ello, es la marca MORAZ, un emprendimiento del sector del diseño, que logró incorporar el valor simbólico del Pacífico Colombiano en cada una de sus piezas.  Una de ellas, un dije y aretes de chontaduro, una fruta tropical insignia de la región, ella cuando comunicaba esta pieza, no vendía solamente una joya de diseño único, vendía el corazón del Pacífico Colombiano, y en esa medida, ¿quién no quisiera tener en su pecho este valioso tesoro?.  Es así como reinventamos el contenido intangible de lo que hacemos, creamos experiencias y resaltamos nuestros valores y los de nuestro contexto / territorio para crear una propuesta de valor única como creadores al momento de emprender.

Encontramos entonces que siendo emprendedores culturales (o no), es fundamental:

  • Crear y construir productos y servicios con un valor simbólico y diferenciador.
  • Conectar desde nuestro propósito y nuestra identidad para lograr un carácter único de nuestro proyecto.
  • Generar experiencias que permitan un reconocimiento y recordación a los clientes/público.
  • Desarrollar estrategias que sumando los valores antes mencionados, logren conectarse con el mundo.

Ahora bien, lo que se podrá obtener con estas ideas, es tener la posibilidad de compartir desde todo lo que ustedes como emprendedores son, desde la honestidad de lo que se tiene para salir al mundo, desde el desapego de pensar que “nos van a robar la idea”, porque tenemos sabemos que mucho, sino todo ya estar dicho y creado, pero al mismo tiempo tenemos la certeza de que podemos construir una propuesta única, que nazca desde nuestra historia personal y que como tal, se reinvente todo el tiempo.  Acá vuelve a mi la idea de lo performático, eso que te invita a pensar que la obra o la creación solamente termina con la interpretación del otro, y que además tiene un tiempo, es efímera, como lo son las experiencias.

Vemos entonces tres ideas interesantes:

  1. La importancia de darle valor simbólico a lo que desarrollamos
  2. La necesidad de crear una contundente propuesta de valor
  3. La oportunidad de ver a la identidad como ventaja competitiva.

Y para conjugarlas, debemos hacer uso de nuestro conocimiento, capacidades y actitudes. Lo cual nos genera la posibilidad de: saber, saber hacer, saber estar, poder hacer y querer hacer, logrando proyectos únicos ligados a nuestra identidad y una conexión directa con nuestros clientes, que se fundamenta en su preferencia y positiva percepción de quienes somos como emprendimiento, de ese «algo distinto» que será nuestro valor diferenciador y que nos va a resaltar y ser más atractivo frente a los otros.

Espero que esta reflexión te sea útil, que puedas darle una nueva mirada al espíritu de tu emprendimiento, para asegurarte que se está comunicando de manera asertiva con el mundo.  Recuerda que el mayor valor que tu proyecto tiene, es a ti mismo.

Un abrazo cargado de la brisa de fresca de Cali en un día de sol,

PAT


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