A diferencia de otros de los artículos que te he compartido, estoy aquí para contarte una experiencia personal, con la intención de que que haga un eco positivo en tu vida y en los proyectos que emprendas. Hace un tiempo comencé a notar que uno de los patrones más fuertes que tengo en mi relación con los otros, era el “no sentirme suficiente”, así que decidí trabajar en ello, intentar verlo con una mirada objetiva y con mucha más cautela. Esto me llevo a pensar que aquella frase, hablaba tanto de mi como de mi contexto, y se enlazaba con diferentes aspectos de mi vida que no siempre eran positivos y mucho menos productivos. Hoy quiero compartir contigo cuatro de los patrones que encontré dentro del “No sentirme Suficiente” para que los veas y si encuentras alguna coincidencia puedas trabajar en ellos en favor de tus relaciones y el eficaz funcionamiento de cada uno de los proyectos que emprendas:
- El primero, la sensación de VACIO, sentir que siempre había algo que faltaba, que no estaba completo, que el resultado siempre podría ser mejor.
- El segundo, una personalidad de excesiva AUTOCRÍTICA, la cual apagaba la alegría del éxito y hacía que la atención se centrara en lo que está por mejorar (otra vez hacia la sensación de vacío.)
- El tercero, el esfuerzo extra innecesario para cumplir las tareas propuestas, el sentir que las cosas que resultaban con poco esfuerzo, no estaban buenas, que algo seguro estaba fallando y que era mejor tomar el camino largo para estar segura, trasnocharme … sufrir porque del sufrimiento si llegaban buenos resultados.
- El cuarto, la falta de merecimiento, esa sensación de que ningún logro me corresponde, esa pregunta constante de “¿Quién soy yo para decir esto o lo otro?” esa certeza de no estar lista para recibir en ningún momento. Y por último el exceso de resultados, cuando me pedían hacer una cosa concreta, hacía 5 más por las dudas, porque segura la que me pidieron no era buena, o me estaban pagando mucho por algo tan sencillo y era mejor entregar más.
En síntesis estaba un poco en el “horno” ja! Pero como lo dice mi amigo Darío Scampini:
“Evita tus miedos y se transformarán en pánico, afróntalos y se transformarán en valor”
Así que yo elegí afrontarlos, cosa que no fue fácil, pero que me ha traído un gran aprendizaje, que cada día aporta al proceso de convertirse en VALOR.
Posterior a mi “revelación”, comencé a observar cómo eran mis relaciones con los otros y también puse mi atención en cómo eran las relaciones de los otros en sus propios contextos; ahí encontré que el “no sentirme suficiente” era algo que no solamente me pasaba a mi, y lo corroboré aún más en la evaluación de un trabajo que desarrolle con mujeres de comunidades vulnerables, donde aquel sentir se evidenciaba incluso en la relación de ellas con ellas mismas y se manifestaba incluso corporalmente, con su rigidez y exigencia personal y emocional. Seguí observando el patrón y nuevamente lo encontré presente en algunas mujeres emprendedoras con las que compartí, observando la necesidad de abrir espacios, de una “lucha” por derechos, en una contención de emociones y en la fortaleza reflejada nuevamente en rigidez la cual parecía ser la única opción para alcanzar los objetivos planteados.
Ésta observación que partió de una mirada personal hacia el contexto, me invitó a enlazar información para convertirla en herramienta útil para seguir en nuestra ruta emprendedora haciendo el mejor uso de nuestra esencia femenina, y soltando las creencias limitantes que nos dicen que “no somos suficientes”, las cuales entorpecen nuestro andar, no nos permiten disfrutar los logros, e interrumpen la creatividad, la productividad, la inteligencia, en si cada una de nuestras habilidades. Entonces,
¿Qué podemos hacer?
¿Es posible romper nuestros patrones?
Aunque suene cliché, lo primero que debemos hacer para cambiar, es tener ganas, querer conocernos, progresar, querer mejorar, y eso no significa que encontraremos la iluminación o nos elevaremos en conciencia y todo será “color de rosa”, eso quiere decir que tenemos trabajo por delante, que nos vamos a VER en todo lo que somos, en aquello que nos gusta y en lo que no, a partir de ahí comenzamos un proceso de reconocimiento para luego comenzar a limpiar, abriendo las puertas de lugares que teníamos olvidados. Sin olvidar que es un proceso, y que como tal no tiene resultados inmediatos, es poquito a poquito, haciendo uso de nuestras herramientas desde el lugar en el que estamos, donde podemos sostener nuestro proceso.
Así que aquí te dejo tres puntos con los cuales empezar a romper tus patrones limitantes:
Espero que te haya gustado ésta reflexión y que te sientas segura de compartir aquí tus impresiones y comentarios respecto al tema, recuerda que éste es un espacio seguro para crecer juntos y construir una comunidad emprendedora conectada con su esencia.
#CreaEmprendeConecta
Un abrazo y nos vemos en la siguiente entrada!!!
¡Qué alegría cuando me vi mencionado en tu artículo!
Gracias por tu valentía al compartir este proceso íntimo y transformarlo en este artículo tan constructivo y motivador.
Querido amigo!
Gracias por hacerme sentir que todo puede estar mejor!
Seguimos en el camino!!!
:*
Hola Pat, tan bello como duro esto que compartes. Me siento identificada.
Es complicado romper con el patrón “no soy suficiente”, como bien dices hay que tener ganas, porque es un proceso largo y agotador. Lo mejor es que es posible y, cuando empiezas a soltar empiezas a ver que se hace la magia. Me encantó la cita de Dario.
Un abrazo muy fuerte.
Hola Nati!
Escribirlo para mi fue justo el comenzar a hacer realidad el “tener ganas” de cambiar mi patrón.
Cuando leí tu artículo de la semana pasada donde nos contabas que “No Hay que hacer NADA” sentí otra vez que nos encontrábamos, porque hace parte de la esencia de dejarse fluir!!!
Gracias amiga!!!
Mil gracias por esto, Patricia <3
Gracias a ti por permitirme compartir!
Un abrazo linda Dani!