Tengo una pregunta para ti
¿cómo es la relación que tienes con tus colegas?
Vivimos la construcción de un mundo diferente, el cambio es una constante y va de la mano con la tecnología la cual nos acerca a nuevas realidades que influyen directamente nuestra forma de relacionarnos con el otro.
Sin embargo, alimentamos ciertos patrones que nos marcan el camino de como relacionarnos, uno de ellos es nuestro espíritu competitivo; nos han enseñado que competir es importante, que ganar, llegar primero, es una de de las “claves del éxito” pero, ¿qué tan útil resulta éste espíritu en nuestro “mundo diferente”?
Uno de los aprendizajes de ésta nueva realidad en la que vivimos, nos está mostrando que lo más importante que tenemos son las relaciones, tanto con el otro, como con el entorno, por lo que resulta indispensable poner nuestra atención en ellas, fortalecerlas y la mejor herramienta que tenemos para ello es #ElCompartir.
Cuando compartimos abrimos un canal que nos permite dar y recibir, conectar y generar sinergias que son motor para el crecimiento personal y de los proyectos que lideramos, porque nos invita a entrar en contacto con el contexto lo cual retroalimenta cada una de las acciones que desarrollamos a favor de nuestros emprendimientos. El compartir da un impulso para alcanzar objetivos mucho más ambiciosos, se vincula directamente a la idea de transferir experiencias, conocimiento, aprendizaje, y logra mostrar un camino más claro, transitable y efectivo.
Ahora bien, ¿cómo articulamos esto de “hacer equipo” de compartir y no competir en relación con nuestros colegas? En ocasiones nos dejamos tomar por el competir, y sentimos que debemos ocultar información para ser “los mejores” o debemos ir por encima de los otros para ser vistos, o debemos opacar a nuestros colegas para así brillar, pero que queda de esto? Seguro un éxito no tan duradero, mientras que cuando vivimos en el Compartir, logramos una satisfacción que no solo tiene una mayor duración, sino que potencia el quehacer de todos los involucrados.
Cuando hacemos que el otro brille, brillamos aún más
Por su parte compartir impulsa al trabajo colaborativo, a la cooperación entre colegas que permite la reflexión conjunta, la discusión, la identificación de problemas, la experimentación de alternativas de solución y la evaluación de las mismas, lo cual aporta al desarrollo del sector desde donde se trabaja.
Y leyendo un poco más acerca de éste tema, encontré que éstas teorías del trabajo colaborativo han sido altamente investigadas por el sector de la educación, el cual invita a cambiar paradigmas de enseñanza y aprendizaje para articular en ellas la interacción de los estudiantes al proceso formativo, y en esa línea muchos artículos hacen referencia a los hermanos Roger y David Johnson, quienes a mediados de los años setentas comenzaron a formar docentes en el uso del aprendizaje colaborativo en la Universidad de Minnesota, y quienes teorizaron el #Compartir y #Competir como una “interdependencia social”, basado en observar la manera en que los individuos interactúan entre si; surgiendo dos nuevos postulados: “La interdependencia positiva (cooperación) la cual da como resultado la interacción promotora, en la que las personas estimulan y facilitan los esfuerzos del otro por aprender y la interdependencia negativa (competencia) que suele dar como resultado la interacción de oposición, en la que las personas desalientan y obstruyen los esfuerzos del otro. De esa forma, concluye que la primera, interacción promotora, lleva a un aumento en los esfuerzos por el logro, relaciones interpersonales positivas y salud psicológica. Mientras que la otra, interacción de oposición, y la no interacción llevan a una disminución de los esfuerzos para alcanzar el logro, relaciones interpersonales negativas y desajustes psicológicos.”
Johnson, D; Johnson R, y Holubec, E (1999) Los nuevos círculos del aprendizaje. La cooperación en el aula y la escuela, AIQUE,
En esta medida, ¿cuál es la clave para que los individuos logren pasar del competir al compartir?
Es tan sencillo como complejo, la cooperación se da cuando se tiene una meta común y se trabaja en conjunto para alcanzarla. El eje central del trabajo colaborativo está en el realizar esfuerzos para que el equipo resulte beneficiado en su totalidad, a esto lo han llamado interdependencia positiva. La esencia de este esfuerzo colaborativo consiste en lograr que se perciba que uno puede alcanzar sus metas, si solo si, los otros integrantes del grupo colaborativo también alcanzan las suyas. Dejando claro que aunque todos los miembros del equipo tienen grandes capacidades y aptitudes, no poseen toda la información, las habilidades, o los recursos necesarios para conseguir por si solos la meta. Lo anterior resulta ser un ejercicio de confianza, de reconocimiento del valor del otro, de compromiso, de aprender a delegar, soltar, abrirse a nuevas posibilidades, a asumir riesgos propios y conjuntos, a dejar el miedo a equivocarse, a “perder” para así aprender y vivir el éxito conjunto. Es así como en el trabajo colaborativo, se parte de la negociación de objetivos, actividades y estrategias para posteriormente llevarlos a cabo, con el consenso en los procesos de toma de decisiones.
Es por esto que quiero dejar aquí las 10 razones por las cuales es más productivo elegir #COMPARTIR antes que #COMPETIR, para que así puedas reflexionar cómo es tu relación con tus colegas, con la idea de observar y hacer consciente los hábitos o patrones en la relación con los otros.
Cuando eliges COMPARTIR:
1. Ganas herramientas para enfrentar una realidad cambiante e impredecible a través del reconocimiento de las fortalezas (intelectuales, físicas, emocionales) de los vinculados, quienes tendrán algo que aporta para afrontar con mayor eficiencia los retos que surgen en el camino emprendedor.
2. Fortaleces las relaciones con los otros, te permites soltar responsabilidades, tienes la oportunidad de valorar el trabajo del otro, y apreciar a la persona en su totalidad. Ganas confianza.
3. Te invita a un compromiso con el otro; con el perfeccionamiento continuo y el aprendizaje perpetuo, lo cual aporta a tu desarrollo personal y profesional.
4. Activas tu creatividad, puesto que conectas con diferentes ideas, puntos de vista y perspectivas que dan como resultado alternativas de solución y generan nuevas oportunidades de desarrollo. Te abre lugar a innovar y a crear en beneficio de todos.
5. Amplías la mirada de tu entorno.
6. Comprendes que te encuentras en un proceso de enseñanza y aprendizaje constante, conjunto e infinito.
7. Reconoces y adquieres nuevas habilidades para resolver problemas, un mejor entendimiento conceptual, así́ como el desarrollo del pensamiento crítico y de habilidades para trabajar en equipo.
8. Te permite ver y dejar a un lado el ego, puesto que entiendes que no debes estar sólo y que en conjunto puedes llegar más lejos.
9. Das valor a la comunicación como el eje central de la relación entre colegas y equipo de trabajo, con la idea y necesidad de ser complementados los unos con los otros.
10. Democratizas la información y el conocimiento adquirido de la experiencia, humanizas tu emprendimiento.
“Puede haber esperanza únicamente para una sociedad la cual actúa como una gran familia, no como muchas separadas” Anwar Sadat
Ahora que he compartido contigo las 10 razones para elegir #Compartir, te invito a realizar un ejercicio de observación:
Analiza las estrategias que has implementado tanto al competir como al compartir, e identifica ¿qué tan útil ha sido esa forma de relacionarte?; ¿qué has logrado?, ¿qué beneficios has obtenido en esa elección?
Con esta información, te invito a que a futuro, puedas arriesgarte a probar una nueva forma de relacionarte con tus colegas, quizás ésta nueva configuración de ti mismo en relación con el otro, puede llevar a tus proyectos y a tu emprendimiento a descubrir nuevos lugares desde donde crecer de manera efectiva.
Me gustaría que nos cuentes cómo te fue con el ejercicio, de soltar y de elegir compartir antes que competir.
Nos vemos en los comentarios,
Un abrazo
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