Caminar rumbo a alcanzar una meta o un objetivo no siempre es un camino fácil, por lo general nos encontramos con terrenos escabrosos, o incluso nos damos cuenta que no hay camino y que somos nosotros quienes debemos abrirlo. Eso sobre todo cuando somos emprendedores con proyectos y propuestas innovadoras donde no existen tantos referentes para seguir. Pero hay dos factores que por lo general limitan ese andar en los proyectos y la vida, los cuales surgen en los distintos caminos, y tiempos de nuestra ruta, a estos los llamamos obstáculos. Los obstáculos en nuestra vida emprendedora pueden ser internos y externos, lo bueno es que en ambos casos podemos accionar y encontrar la manera de convertirlos en nuestros aliados.
Los obstáculos internos, por lo general están en nuestra cabeza, en nuestros pensamientos limitantes. Uno muy famoso es el miedo, el miedo nos paraliza y no nos permite avanzar en nuestra ruta. Ya hablamos antes de él, así que puedes ver un poco más de esto dando click aquí. Pero … ¿a que le tememos? quizá sea justamente a alcanzar la meta, o a salir de nuestro espacio de confort para entrar en un lugar desconocido incluso con la certeza de que es justamente el lugar al que queremos llegar. La buena noticia es que todo es una creación nuestra, la cual por lo general surge de una opinión o juicio de valor que hacemos de nosotros mismos o de las situaciones que nos rodean. Algunos ejemplos claros de obstáculos internos son frases como: “No tengo tiempo”, “soy un desastre”, “lograr tal o cual cosa es imposible” “no soy suficiente”, entre otras muchas ja!.
Todos estos pensamientos o juicios son netamente subjetivos, y yo se que se sienten muy muy reales, pero si lo pones en perspectiva vas a ver que tú eres mucho más que el límite u obstáculo que tienes frente a ti, y no solo eso, tienes la capacidad de transformarlos.
Por su parte, los obstáculos externos son aquellos que podemos cuantificar, los que de manera objetiva se hacen visibles no solo para nosotros sino para los demás. En este caso la solución es un poco parecida a la anterior, parte tomar la decisión de superar el obstáculo, ¡así de simple! es elegir el camino que queremos para nuestra vida y nuestro proyecto, y lo hacemos poniéndonos en movimiento, para lo cual podemos considerar estas tres opciones:
- Tomamos la dificultad como una oportunidad o reto que nos inspira a seguir adelante y actuamos en consecuencia;
- Reconocemos la falta de experticia y nos damos un tiempo tiempo para formarnos y construir la herramienta precisa para superar el obstáculo.
- Desechamos el objetivo que queríamos alcanzar porque no corresponde a nuestra realidad, propósito o posibilidades.
En cada una de las tres opciones hay un elemento muy importante. La honestidad con nosotros mismos, la que nos permite reconocer que lo que vamos a accionar, el camino a elegir, está realmente alineado a nuestros intereses y con lo que deseamos alcanzar con nuestro proyecto.
Así que te invito nuevamente a observar lo que tienes adentro, y no solo tus herramientas y cualidades sino también tus miedos, los obstáculos que te limitan, recuerda que en este momento son parte de ti y observarlos es el primer paso para reconocer lo que quieres dejar y lo que quieres soltar para seguir avanzando en tu ruta como emprendedor. Como lo dice Fito Paez, es sólo una cuestión de actitud,
¡¡Así que adelante!!!
Te dejo un abrazo grande y espero aquí abajo tus comentarios.
Saluditos,
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Muy bueno!, me encanto la musica añadida 😀
Lindo!
Gracias por estas palabras, mi reflexión es que la parte más difícil, es pasar un obstáculo sin ponerse otros obstáculos propios. Al encontrar una dificultad externa es más difícil superarla si internamente nos ponemos más obstáculos, así que inicialmente hay que trabajar desde adentro. Abrazos Patricia
De acuerdo Coquito!
Nadie dijo que era fácil, lo importante es reconocer lo que estamos haciendo y que en muchas ocasiones los obstáculos son nuestros miedos e incluso el miedo a brillar.
Conocernos es un trabajo infinito. Y maravilloso, creo que es la gran aventura de la vida.
Un abracito
Genial como siempre!
Sabes hace una semana que no recibo noticias tuyas!
Extraño estas charlas…
Saludos.
Sandra.