EL EMPRENDIMIENTO, ¿UNA CARRERA DE VELOCIDAD O DE RESISTENCIA?

El emprendimiento como lo hemos visto antes, es un camino el cual vamos construyendo a medida que ponemos en movimiento cada una de nuestras estrategias para alcanzar los objetivos y metas planteadas.  Y así como es un camino, es también una carrera, en la cual nos enfrentamos tanto a obstáculos, que en ocasiones nos limitan, como a “atajos” que nos permiten llegar más rápido a nuestras metas.

Pensar el emprendimiento como una “carrera” es interesante, además porque nos cuestiona si estamos en una de velocidad o de resistencia, todo de acuerdo al momento en que nos encontramos y a los intereses que esperamos alcanzar.

De niña fui deportista, entrenaba para carreras profesionales de patinaje, estar de cara a una competencia, era una gran experiencia de vida; la adrenalina invadía mi cuerpo y me hacía entender que debía entregarme a ese momento, con todo lo que tenía para dar.  El deporte también me dio disciplina, carácter y además reconocimiento de mi cuerpo, de mi ritmo, de mis habilidades y mis límites, me hizo entender que antes que el “ganar” estaba mi verdadera satisfacción personal, y que estar presente era fundamental para identificar lo que podría lograr o alcanzar.

En esa vida de deportista, una vida competitiva y demandante, entendí que era fundamental manejar y regular la fuerza, la energía y el esfuerzo. Hoy en la vida emprendedora, entiendo exactamente lo mismo, es indispensable conocer y reconocer “la pista” en las que se va a correr y el tipo de competencia a la que se va a participar, para así tener claros y listos los recursos a usar en el accionar.  Ya que la preparación es muy diferente al tratarse de carreras de velocidad que de resistencia, es decir en proyectos a corto o largo alcance. Y si bien cada uno de ellos demanda toda la destreza y atención del corredor/emprendedor, el uso de las habilidades será sustancialmente diferente.

Hoy, liderando distintos proyectos, entiendo que la adrenalina surge al saber que se estoy haciendo lo que me apasiona, y se refleja como una necesidad de materializar los sueños, de “llegar”, de estar ahí frente a una situación, encararla, hacerse cargo y sacarla adelante. La adrenalina aparece cuando pese a todos los panoramas y pronósticos, a las dificultades técnicas y/o físicas, seguimos ahí de pie, de frente, puesto que se convierte en el verdadero impulso de vida. Los retos, toman poder y se trasforman en experiencias de vida que traen consigo grandes aprendizajes, tanto en los negocios como en la relación con nosotros mismos, con la conexión con la esencia de cada uno y el rol que ocupa en el emprendimiento.  

Sin embargo todo ésto no llega sólo, al contrario, está cargado de sucesos / emociones que en ocasiones hacen desequilibrar el panorama, aparecen los miedos, frustraciones, decepciones, la mirada y el juicio del otro, del otro incluso, socio, pareja, amigo, familia, que opinan sobre la locura del emprendimiento o la falta de cuidado. Pero  pero sabemos que no estamos en una carrera de velocidad, que es una de resistencia, que “después de la tormenta viene la calma” y que lo importante es llegar y el disfrute de la “la trama más que el desenlace” y lo mejor, que el camino es largo y que ya llegarán momentos para responder a los juicios y/o cuestionamientos.

El emprendimiento no es una carrera de velocidad, sino una de resistencia.  

Sostener un emprendimiento, es un gran reto en sí mismo, es la real competencia de resistencia, de perseverancia, de fe en uno mismo y los ideales planteados en la creación del proyecto. Y ahí en ese largo plazo, vale la pena entender el proyecto desde sus diferentes etapas, aquellas en las cuales es necesario hacer uso de más o menos energía, con la intención de regularse para no agotarse y desistir.

Ahora te pregunto,

¿Cómo llevas tu tu emprendimiento?

¿Qué tanta energía estás invirtiendo?

¿En qué etapa se encuentran?

  • ¿Estás cerca de la base, justo después de arrancar? Lleno de energía y vitalidad ó
  • ¿Estás cerca a la meta, en la recta final? Con poco oxígeno y mucha dificultad?

Es muy diferente estar en la etapa de la creación de la propuesta que en la etapa de ejecución, ó en la de promoción, cada una tiene su tiempo y su propio ritmo. Si no sos consciente de la fase en la que está tu proyecto, seguramente volverás por los mismos errores. Por el contrario si te das cuenta, tienes la oportunidad de corregir, y de ahorrar tiempo y energía a futuro. Reconocer de las fases del emprendimiento entonces, es clave para entender que herramientas usar, que tanta energía invertir.

“Si supieras en qué fase está tu negocio, sabrías qué tienes que hacer exactamente para seguir avanzando.”

Este ejercicio además te traerá certeza en las estrategias que puedes a implementar, y apuntará a la productividad tuya como emprendedor y de cara a todos los demás proyectos que lideres.

Así que te invito a bajar el ritmo, a respirar, a ver el panorama completo, porque estás en una carrera de resistencia, y la competencia apenas arranca, no te desgastes, se preciso con tu tiempo, y tus habilidades, puedes “darlo todo” siempre que sea el momento oportuno.

Bueno, espero que ésta reflexión te haga sentido y que actives ese entusiasmo que te caracteriza, para así seguir alcanzando las metas propuestas en tu vida como emprendedor.

Un abrazo grande,

PAT


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