La vida del emprendimiento nos encuentra en un proceso creativo constante, nos mantiene los ojos abiertos para aprovechar nuevas oportunidades y activa nuestra capacidad de conexión. Éstas grandes habilidades que desarrollamos nos permiten abrir un camino productivo y exitoso con cada uno de los proyectos que ejecutamos desde nuestros emprendimientos. Sin embargo, el día a día en ocasiones se pone pesado y comenzamos a acumular trabajo, compromisos y nuestra agenda comienza a explotar; es ahí donde sin darnos cuenta llega el estrés, la angustia y la presión por finalizar todo lo que nos proponemos. Éstos estados claramente afectan nuestro cuerpo y alteran nuestro sistema nervioso, pero también nos permiten observar y hacer uso de una adrenalina que activa ciertas habilidades que en otros momentos no habríamos conocido.
Como seres humanos, nuestros cambios físicos y mentales son obvios y naturales, la diferencia marcada en ellos, es la capacidad de conciencia y presencia que podamos tener para observarlos y así tener la posibilidad de hacer uso de las nuevas habilidades que surgen de los mismos, son entonces cambios concientes que nos permiten sentir que a pesar de las circunstancias, no estamos perdiendo el control de nosotros mismos y nuestro aprendizaje. De esta manera, el estrés o la presión en el trabajo, pueden convertirse en una oportunidad para potenciar y fortalecer el espíritu emprendedor y crear nuevas estrategias que permitan el desarrollo nuestros proyectos.
Así, el trabajo bajo presión nos trae:
- Autodisciplina, te exige un muy buen uso de tu tiempo, tu concentración y foco lo cual te permite alcanzar con mayor certeza tus objetivos. Nos invita a planificar, organizar y priorizar.
- Determinación, no hay tiempo que perder, ni excusa para la toma de decisiones.
- Poder personal, debemos creer en nosotros mismos y en que somos capaces de alcanzar las metas y objetivos planteados, ésta exigencia del trabajo bajo presión, le resta tiempo al drama y a las creencias negativas que en ocasiones nos estacan.
- Una nueva habilidad, en ocasiones éstas surgen por supervivencia, por necesidad y las trae la adrenalina del momento. (Aprender un nuevo programa, idioma, etc.)
- Organización, aquí nos damos cuenta que no podemos con todo, lo cual permite la posibilidad de decir no, pero también delegar, activar el trabajo en equipo.
El trabajo bajo presión nos invita a creer plenamente en nosotros mismos, y en nuestra intuición para la toma correcta de decisiones.
Concluir un trabajo bajo presión nos pone en un nuevo plano, uno de fortaleza interior, de saber con certeza que podemos claramente alcanzar lo que nos proponemos, que no le tenemos miedo a los grandes retos y que es posible hacer realidad nuestros sueños. Y si bien logramos descubrir las cinco ventajas del trabajo bajo presión, debemos saber y ser concientes que no es algo que queremos en nuestro cotidiano, puede ser interesante experimentarlo y ver que somos capaces de enfrentar una situación de esas, pero también es muy muy importante pensar en nosotros antes que en los proyectos.
Recuerda que el trabajo bajo presión constante va a afectar nuestra salud física y mental y con el tiempo va reducir el gran disfrute que tenemos siendo emprendedores y trabajando por lo amamos, así que como lo dije antes, busquemos vivir los diferentes momentos de manera consciente, con presencia; encontremos en cada experiencia un aprendizaje que nos permita crear nuevas estrategias de trabajo para implementarlas en nuestros nuevos proyectos. No nos olvidemos que tenemos una vida más allá de los proyectos o el trabajo, amigos y familia que debemos visitar, un cuerpo que debemos cuidar con horas de sueño, ejercicio y buena comida, los momentos de esparcimiento son como un oasis en el desierto, nos traen bienestar y nos recargan para continuar, entonces, no permitamos que la presión nos deje por fuera el disfrute, incluso el disfrute que tenemos cuando no estamos pensando en el resultado sino en el proceso; amando la trama más que el desenlace.
Espero que ésta reflexión, logre hacer eco en tu vida como emprendedor!
Ahora te pregunto:
¿Cuál es tu balance en un trabajo bajo presión?
¿Qué tanto ganas y que es lo que sacrificas en un trabajo bajo presión?
¿Cuál es tu aprendizaje?
Contesta estas preguntas y/o déjame aquí tus comentarios, estaré muy feliz de leerlos, además como sabes cada una de tus experiencias es vital para el fortalecimientos de los otros, porque en la comunidad crecemos juntos!
¡¡¡Así que me quedo con muchas ganas de leerte!!!
Te dejo un besito y nos vemos pronto,
Saluditos,
¿Ya tienes la GUÍA Encontrando la VOZ de tu emprendimiento?
¡Acá la puedes conseguir!
Yo pienso que es cuestión de encontrar el equilibrio, igual es importante aprender a trabajar bajo presión porque en algún momento tendremos que hacerlo, gracias por el artículo 🙂
Así es,
No es un ideal, pero si una realidad que debemos encarar!!!
Gracias por tu mensajito Felipe!!!
Un abrazo … con presión es decir apretado ja!
P.