La gestión del Emprendimiento

Desde hace un tiempo se habla con mucha más frecuencia y recurrencia de EMPRENDIMIENTO, de formas de emprender y de herramientas que nos permiten un transitar mucho más efectivo.  Muchas de ellas las he compartido aquí contigo cada martes, sin embargo, cuando comencé a trabajar en el sector cultural no se hablaba de EMPRENDEDORES sino de GESTORES, así que hoy quiero contarte algunas reflexiones que he realizado respecto a si gestionamos el emprendimiento o emprendemos nuestra gestión.

Reconocernos dentro de nuestro contexto es un ejercicio sano, liberador y además nos abre nuevas posibilidades para expandir nuestros servicios y nuestros proyectos.

Cuando trabajé para el Proyecto Industrias Culturales Cali, se adelantó un proyecto de formación en Emprendimiento Cultural con las universidades de la ciudad y otras instituciones; en el desarrollo de éste proceso, se propuso parar y evaluar lo que se venía entregando en contenidos pero principalmente se indagó en quién recibía esos contenidos, desde ese lugar se lograron definir 3 perfiles de actores clave del sector, los cuales les comparto aquí:

• ARTISTA: Cuenta con un producto o servicio cultural específico. Tiene claridad en sus metas, permanece actualizado a las dinámicas del sector y ha construido una trayectoria por el posicionamiento de su quehacer.
• EMPRENDEDOR Y EMPRESARIO CULTURAL: Puede ser artista o un profesional de otra área del conocimiento interesado en desarrollar una propuesta de negocio con metas a largo plazo, que propenden por el fortalecimiento del sector. Participa de los procesos de formación y saca provecho de asesorías empresariales. Identifica cuáles son los profesionales de apoyo que requiere, por ello plantea estrategias para su vinculación.
• GESTOR CULTURAL: Encuentra el potencial del artista o el emprendedor cultural, y lo acompaña en la implementación de estrategias con resultados concretos de corto o mediano plazo. Se motiva por la construcción de política pública. Es un canalizador de alianzas.

Éstos tres perfiles en su momento nos ayudaron a segmentar las necesidades y centrar la atención en lo que nos correspondía si hablábamos de emprendimiento.  He tenido ésta información muy presente en el desarrollo de muchos de mis talleres, desde donde definimos el perfil del actor, resaltando las habilidades y haciendo uso de ellas para sus proyectos; sin embargo durante éstos días como les comenté en el mail, he tenido la pregunta respecto a si es necesario “encajarnos” en esos perfiles, me he preguntado si realmente somos esos perfiles, o si somos más que eso.

Es casi una pregunta existencialista ja! y me llegó principalmente porque definir un “perfil del emprendedor” es encasillar ciertas características que nos dicen si somos o no lo que somos. Pero ser emprendedor, va más allá, nos conecta con mucha fuerza interior que no necesariamente la podemos percibir en un aprueba o reconocer en un perfil, ser emprendedor es para muchos de nosotros una pulsión de vida desde donde más allá de pensarnos un proyecto con proyecciones y objetivos a largo plazo, hacemos parte de nuestro estilo de vida.  Y ahí, en ese lugar, nos conectamos con las habilidades del gestor, con las conexiones que logramos, con la creatividad del artista que invita a reinventar y crear nuevas posibilidades, con la facilidad de ver oportunidades en el camino.

A todo esto le sumo los intereses de quienes trabamos por la CULTURA, donde encontramos una gran particularidad, puesto que se resalta el cuidado por la identidad, el patrimonio y los valores intangibles que se instalan el corazón y el alma de cada uno de los productos y servicios que se ofertan.  Entonces, más que características que nos ubiquen en uno u otro perfil, pienso que debemos conectar permitirnos encontrar y conectar con nuestras habilidades, con las que son necesarias para encarar cada uno de los proyectos que emprendemos haciendo uso de ellas en el momento preciso.

Somos más que una etiqueta, somos el resultado de nuestras acciones

Ser actor cultural, igualmente activa la VALENTÍA como un valor relevante, puesto que en ocasiones la cultura resulta un camino escabroso y difícil y sin embargo, es el que elegimos con convicción principalmente porque es el lugar que nos permite hacer lo que realmente nos apasiona, y desde donde tenemos la certeza de cambiar el mundo. Vemos entonces cómo esas habilidades se convierten en herramientas, que surgen de identificar nuestras fortalezas, las cuales deben ser tan claras como nuestros objetivos para así lograr la sostenibilidad de cada uno de los proyectos que ponemos en marcha.

Así que hoy te invito a des-etiquetarte, a reconocerte tal y como sos, sin pensar en encajar en nada más que en ti mismo, detenerte en ese tu lugar real y seguro, desde donde se que creas, conectas y emprendes a diario nuevas formas de ver el mundo y desde donde conectas con los demás. Me gustaría que compartas con todos tus reflexiones frente a lo que dicen que eres, lo que sos y lo que esperas ser en este camino emprendedor!

Recuerda que éste es un lugar seguro desde donde aprendemos de las experiencias de los otros, así que bienvenido a compartir!!!

Te dejo un abrazo grande,

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