El emprendimiento como un LEGADO

Iniciando el año escribí sobre la importancia de conectar con nuestras raíces y con nuestra identidad, todo esto como herramientas para transitar nuestro camino emprendedor, pero también nuestra vida, puesto que somos quien somos también por nuestro contexto, nuestras historias, por aquellos a quienes tenemos a nuestro lado y por nuestras familias, encargadas de transmitirnos valores, conocimiento y principalmente amor de todas las formas posibles.

Desde niña escuché decir que la familia es el núcleo de toda sociedad, y después fui entendiendo la importancia de esa frase, puesto que es en ese lugar físico y emocional donde comenzamos a construir lo que somos hoy, es ahí donde surgen nuestros miedos y nuestras valentías, donde a partir de los errores aprendemos y nos vamos “moldeando” para luego sí encontrarnos con los otros, con la sociedad, y es ese un lugar seguro, donde obtenemos ese aprendizaje orgánico que perdura.

Es ese un lugar que no llega vacío, parte de un contexto creado por nuestros padres, sus padres, nuestros ancestros.  Es por eso que cuando perdemos a alguno de ellos, lo sentimos tanto en nuestro sistema, porque existe una conexión tal que logra mover esa esencia de lo que somos.  Sin embargo, en ningún momento dejamos de perder el aprendizaje y el amor, el cual está en nuestro ADN y es éste nuestro núcleo.

Hace unos días mi abuelita paterna trascendió éste mundo, ella una mujer trabajadora, luchadora y llena de vitalidad, me enseñó con sus acciones la importancia del valor femenino, el cual estaba asociado a la tenacidad y al espíritu creador el cual veía en ella en todo momento.  Tengo muchos recuerdos de mi abuelita Fidelia, uno de ellos es verla sentada con un montón de lana de oveja, ella junto con las otras mujeres que trabajan con ella, se pasaban las tardes hilando manualmente la lana que ellas mismas recolectaban, según después me contó mi papá, era un trabajo de mucha paciencia y calma, en ocasiones me pedía que pusiera mis brazos para hacer las madejas, las cuales después usaba en los telares para hacer ruanas y otros tejidos que vendía en el mercado.  Creo que cuando yo la conocí ya no lo hacía con tanta frecuencia, pero me cuentan que más joven ésta misma tarea de pararse frene a ella con los brazos abiertos era una tarea obligada de todos mis tíos y los niños que circulaban por la linda casa de Guachucal su pueblo natal al sur de Nariño.

Cuando comencé mi blog y hablar de emprendimiento mi papá me recordó este hermoso oficio de mi abuelita y yo logré ver en ella su espíritu emprendedor, aquel que le permitía crear, transformar, reinventar y conectar.  En él descubrí una abuelita dedicada a su oficio, con ganas siempre de ayudar a otros, desde el trabajo y desde la acción.

Ahí llegó a mi otro maravilloso momento a su lado, cuando nos íbamos de vacaciones a la finca de Pacisara, una vereda de clima caliente cerca a Pasto, juntos todos los nietos, de diferentes edades, en ocasiones solos a su cargo. Ella con su delicadeza e inteligencia, nos enseñaba a compartir, a trabajar en equipo y a apreciar la belleza en lo simple.  Lo hacía de la mejor manera que podría pensar de ella, ayudándola a trabajar ayudándola a crear.  En este caso fabricando bombones de panela.  Nuevamente ella lideraba toda una producción a escala; nos llevaba a cortar la caña de azúcar, para luego llevarla al trapiche a la molienda, después ella con mis primas más grandes, calentaba en ollas de barro el jugo hasta volverlo melao, ahí a los que éramos mas chiquitos, nos daba hojas grandes de plátano para enfriar el dulce, para después estirarlo con la mano y hacer los bombones, ese era un momento muy importante en nuestra vida, el cual convocaba a toda la familia en una sola creación.  Al final nos ponía una mesita afuera de la casa y nos decía que vendiéramos los dulces, lo cual casi nunca sucedía, porque terminábamos comiéndolos todos, pero lo que ella lograba era tener a toda su tribu feliz, productiva y amando el trabajo colectivo.

Estas dos historias hablan de una mujer maravillosa que desde su lugar nos enseñaba y daba amor en cada pasito que daba. Una mujer que me decía que yo era su compañerita, porque valoraba cada momento que pasaba a su lado, así que hoy abuelita, te doy gracias por tus enseñanzas por el hermoso y amoroso padre que tengo y por la fortaleza que hoy siento mas grande en mi corazón y en mi ADN porque se que ahí esta tu amor!.

Así que hoy quiero invitarlos a detenerse también a mirar su pasado, porque cuando lo hacemos, podemos tener otra mirada de nuestro presente, y ahí podemos ajustar aquello que quisiéramos mejorar y reconocer las grandes virtudes que el legado que nuestros abuelos ha dejado en nuestras vidas, el cual se convierte en fortaleza para seguir nuestro camino, para apreciar la vida y aportar desde nuestro lugar a la construcción de mejores realidades, reconociendo nuestro propósito y haciendo uso de todos los valores heredados y creados.

Gracias por estar aquí por leer y por compartir.

Así que me gustaría que me cuentes alguna historia de emprendimiento en tu familia, vas a ver que el sólo recordarla va activar en ti ese legado que ellos han impregnado en ti!

Te dejo un abrazo,

PAT


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5 thoughts on “El emprendimiento como un LEGADO

  • Muy linda tu manera de hacer tu duelo, recordar con tanto orgullo, así es que las Mamás podían criar tantos hijos mantenerlos ocupados y hacer equipo de trabajo, muy emprendedora tu abuelita, algunas veces la visite y me pareció muy dulce. Un abrazo para toda la familia.

  • hermosas historias, hermosa manera de honrar a tu abuela, siento una gran emoción e identificación con ellas, Manigua nació gracias a las recetas de mi hermosa Toti (mi abuela) Este es un amor para toda la vida, te acompaño en este trascender mi paty

  • Hermoso todo lo que cuentas, a mi me quedo de legado ancestral el amor al tejido, mi abuelita era la encargada de tejer toda la ropita de cada bebé que llegaba a la casa, también tejía las cobijas de todas las camas de la familia para dormir abrigaditos, coloridos y llenos de amor, ahora soy yo la que tejo, y la semana pasada que estuve en mi casa materna, mi mamá me dijo que lo hacia super rápido y natural, lo llevo en la sangre le dije, tejo no solo por que me gusta si no por que siento que lo llevo dentro y me conecta con ese amor familiar y todo su legado, te abrazo fuerte Pati Pat.

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