Desde el emprendimiento, siempre se está hablando de la importancia de planificar para alcanzar los objetivos y las metas propuestas en cada uno de los proyectos; se tiene a la planeación como un mapa de ruta que va orientando cada uno de los movimientos y que nos dirige a un lugar específico. Ya en otro artículo te compartí los puntos claves para hacer de la Planeación una Herramienta vital de tu emprendimiento, lo puedes leer aquí. Sin embargo, vale la pena traer la atención a nosotros mismos al realizar estos ejercicios, puesto que podemos tener un plan estratégico impecable y una planificación clara; pero, en ocasiones no la implementamos como deberíamos, simplemente, porque no está alineada a nuestros intereses personales.
En otras ocasiones, lo que nos sucede es que nos volvemos muy rígidos o radicales con el camino elegido y trabajamos mucho hasta llegar a la meta propuesta, ¿y después? ¡Nos quedamos sin plan!, incluso, se nos pierde el sentido de nuestra vida, y eso sucede porque al construir nuestros planes estratégicos pensamos en el destino y no en la dirección. Esta rigidez comienza a cerrar nuevas posibilidades, se convierte en una rutina que hace que se pierda la magia y la aventura de emprender.
Pensando en ello, hoy quiero compartir una idea respecto a la importancia de ser honestos con lo que somos como individuos, con lo que queremos ser, con lo que queremos alcanzar y el lugar al que queremos llegar. Poner nuestra atención en éstas preguntas, nos va a dar aspiraciones, ambiciones y motivos por los cuales levantarnos día a día, no hará que perdamos la energía que nos caracteriza como emprendedores, al tiempo que nos aterrizará a la realidad de centrarnos en aquello que podemos alcanzar y no en una vida imaginada que quizá nunca podamos llegar a tener. A diario, nos enfrentamos a muchas situaciones que sin querer nos llevan a lugares que no teníamos “planeados”, terminamos resolviendo urgentes, imprevistos, problemas, nos dejamos llevar por las redes sociales, por las tareas de la casa y terminamos el día sin haber logrado lo que nos propusimos. La mejor manera de sobrellevar esto, es levantarnos y hacer un PLAN. Así como cuando estamos de viaje y planeamos el itinerario, así mismo para nuestros días, con la planeación, logramos organizarnos de acuerdo con lo que sabemos que podemos cumplir, puesto que abriremos un espacio para conocernos un poquito más.
Esta idea de conocernos para crear nuestro plan diario, es algo en lo que he venido trabajando hace varios años, y mi conclusión es que nos hace falta tener más momentos de “estar presentes” puesto que nuestra mente viaja muy rápido y por lo general nos perdemos en los pensamientos, tanto en lo que no hicimos como en lo que esperamos hacer, y no nos damos el tiempo para sentir, percibir y vivir el momento presente. Pero, ¿cómo llegamos a tener esos momentos en nuestro día a día?, la verdad no es algo tan fácil que se adquiere leyendo un artículo o tomando un pastilla mágica, puesto que es un ejercicio de consciencia, el cual requiere entrenamiento! porque su fin es lograr crear un hábito que nos permita “parar” volver a nosotros y así seguir construyendo, creando, conectando y emprendiendo.
Así que hoy quiero compartirles un ejercicio con el cual a diario entreno mi atención para crear planes realizables cada uno de mis días, espero que les sea útil y que comiencen a dedicarse cada vez más tiempo a ustedes mismos, van a ver como esta relación alimentará las demás áreas de su vida, y les permitirá un fluir en lo que realmente está alineado con sus propósitos e intereses. Recuerden que lo más importante no siempre es llegar sino disfrutar el aprendizaje que nos da el recorrido, de esa manera vamos a lograr sentirnos bien con aquello que construimos a cada paso.
Ejercicio de atención:
Puedes hacer éste ejercicio dos o tres veces al día durante mínimo 5 minutos, te va a ayudar a volver a ti y a centrarte en aquello en lo que debes trabajar.
No olvides alimentar tu espíritu emprendedor reinventándote y redescubriéndote cada día, para ello debes estar en movimiento, porque es ahí donde logras perder el miedo a lo desconocido, puesto que comienzas a dejarte llevar y guiar por tus certezas.
¿Qué ganamos con todo esto?
- Encaminarnos a un lugar común de bienestar, entrando en la ruta de nuestros verdades objetivos, aquellos que le cobran sentido a nuestra vida.
- Satisfacción de saber que hacemos lo que nos corresponde.
- La posibilidad de conocernos, reconocernos en diferentes circunstancias y ahí de querernos mas.
- Asumir a diario nuevos retos, retos de conocimiento.
- Disfrutar del aprendizaje, de vivir nuevas sensaciones.
- No perder el tiempo, al contrario, aprovecharlo y estar ahí para descubrirlo.
- Aprendemos a no competir, ni con otros ni con nosotros mismos, porque entendemos que no estamos buscando la perfección, sino que nos permitimos ir a nuestro paso.
Recuerda que tu no le haces un plan a quien no conoces, así que te invito a sacar tiempo para conocerte un poquito más, ¿te animas?
Espero que hayas podido hacer el ejercicio de atención y que lo incorpores a tu vida como un hábito saludable, ya sabes que estamos aquí para crecer juntos, así que me encantaría que me compartas tu experiencia, ¿cómo te fue?
Te leo pronto,
Un abrazo
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¡Acá la puedes conseguir!
Hoy es un día de esos que no se ni por donde empezar, sólo se que a pesar de tener mi plan, siento resistencias.
Tu post me ha ayudado a darme cuenta que no estaba siendo honesta con los objetivos que me había marcado, gracias por el ejercicio de atención.
Respeto y amor.
Nati, como emprendedoras vivimos en una espiral de emociones, jeje lo bueno es que es una espiral para arriba!!!
Me alegra muchísimo que te haya servido el ejercicio, parar un poco siempre nos da la energía para seguir creciendo.
Te abrazo a la distancia!
P.